- Columna de #Opinión de Pamela Reyes Fonseca , publicada en El Austral Temuco (01/11/2024)
La educación y el deporte tienen sus parecidos. En ambos casos se necesita voluntad para obtener resultados a corto, mediano y largo plazo. Pero desde hace un par de décadas circula un nuevo concepto: la educación continua. ¿A qué hace referencia? ¿Qué relación guarda con el deporte?
A quienes nos gusta el básquetbol, imaginemos un partido. Suena raro, pero podemos ver a jugadoras con distintos talentos, a una entrenadora con estrategias, y a la dirigencia que asegura condiciones para jugar. Todos se coordinan con un único fin: trabajar en equipo y lograr el triunfo ante contrincantes que, de seguro, también se han preparado para ganar.
La educación formal (primaria, secundaria o terciaria), en ese sentido, serviría para lograr uno que otro triunfo. En tanto, la educación continua permite mantener la racha ganadora y alzar copas de campeonatos sin retirarse de las canchas, mejorando a lo largo de la vida laboral gracias al ejercicio sano, dinámico, atento y cambiante que hace frente a los retos de la historia.
Así, las universidades, que forman y coordinan una variedad de equipos humanos, buscan que sus estudiantes reciban una formación integral durante años de preparación en sus respectivas profesiones. Pero después de esos ciclos educativos, ¿qué viene? ¿Basta con que terminen sus carreras universitarias? Y por lo demás, ¿es la educación profesional la única forma de asegurar mejores oportunidades en la vida? ¡Claro que no, ya que historias y trayectos son infinitos!
Por ello, prestigiosas universidades -como la UFRO- han ampliado sus ofertas para mejorar la agilidad, precisión y puntería en un mercado laboral cambiante, potenciando oportunidades a cualquier edad y condición. Eso es la educación continua: un enfoque integrador que se preocupa de pulir desempeños, talentos, intereses, sueños y experiencias, a través de cursos, capacitaciones y diplomados en variadas temáticas y formatos.
Quienes estamos ligados a estos procesos de educación continua debemos estar muy atentos. Por un lado, mirar a “entrenadores” o académicos que ponen en cancha sus conocimientos; y por el otro, a estudiantes o “jugadores” que harán movimientos correctos y coordinados para lograr “la jugada”, esa que puede ser adornada con buenos bloqueos, pases, bandejas o triples.
Luego, estamos quienes articulamos y garantizamos que todo esté en orden, “la dirigencia”, gestionando la logística y la sostenibilidad de los proyectos, atentos a cualquier circunstancia en que se visualice una oportunidad de mejora basada en innovación.
Para llegar a finales, tenemos que jugar en conjunto, con talento y calidad. No nos podemos dar el lujo de que un actor falle o quedarnos parados en medio de un contraataque, crisis u otro problema. Por ello, la próxima vez que participes en algún programa de educación continua o veas un partido de básquetbol, pregúntate: ¿El equipo está coordinado? ¿Todos hacen su parte? ¿Se han aprovechado los talentos? Porque sólo así se ganan partidos y campeonatos.

Columna de #Opinión de Pamela Reyes Fonseca , publicada en El Austral Temuco (01/11/2024)